Thursday, September 21, 2006

FRASES DE: KAHLIL GIBRAN

Es la vida la que da a la vida, mientras que vosotros, que os consideráis donantes, no sois más que testigos.

El amor es siempre tímido ante la belleza, la belleza anda siempre un paso detrás del amor.

El ruiseñor se niega anidar en la jaula, para que la esclavitud no sea el destino de su cría.

Las lágrimas son un fuego que purifica el amor, haciéndolo nítido y hermoso por una eternidad.

Puedes olvidar aquél con el que has reído pero no aquél con el que has llorado.

Cuando la tristeza funde a dos corazones, ni la gloría ni la felicidad será capaz de destruir esa unión.

En el crepúsculo de la memoria volveremos a reunirnos, volveremos a hablar juntos, y cantaréis para mi un canto más profundo: y si vuestras manos vuelven a encontrarse en otro sueño, construiremos otra torre en el cielo.

Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños.

Bueno es dar cuando nos piden; pero mejor es dar sin que nos pidan, como buenos entendedores.

Del hablador he aprendido a callar, del intolerante, a ser indulgente, y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud hacia esos maestros.

Los hombres que no perdonan a las mujeres sus pequeños defectos jamás disfrutarán de sus grandes virtudes.

En el rocío de las pequeñas cosas, el corazón encuentra su mañana y toma su frescura.

Amar a la vida a través del trabajo, es intimar con el más recóndito secreto de la vida.

Algunos oyen con las orejas, algunos con el estomago, algunos con el bolsillo y algunos no oyen en absoluto.

Trabajar con amor es construir una casa con cariño, como si vuestro ser amado fuera habitar en esa casa.

Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara.

No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche.

La más bella palabra en labios de un hombre es la palabra madre, y la llamada más dulce: madre mía.

Si no puedes trabajar con amor sino con desgana, mejor será que abandones el trabajo y te sientes a la puerta del templo a recibir limosna de los que trabajan con alegría.

Conocí un segundo nacimiento, cuando mi alma y mi cuerpo se amaron y se casaron.

Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, vienen una aurora sonriente.
Para entender el corazón y la mente de una persona, no te fijes en lo que ha hecho, no te fijes en lo que ha logrado sino en lo que aspira hacer.

No busques al amigo para matar las horas, sino búscale con horas para vivir.

Debe haber algo extrañamente sagrado en la sal: está en nuestras lágrimas y en el mar.

No progresas mejorando lo que ya esta hecho, sino esforzándote por lograr lo que aun queda por hacer.

Trabajar con amor es construir una casa con cariño, como si vuestro ser amado fuera a habitar en esa casa.

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