Tuesday, October 03, 2006

Frases de: Voltaire

Cuando se trata de dinero todos son de la misma religión.

Lo maravilloso de la guerra es que cada jefe de asesinos hace bendecir su bandera e invocar solemnemente a Dios antes de lanzarse a exterminar a su prójimo.

Los hombres poseen solamente un número determinado de dientes, cabellos e ideas, y llega un momento en que se quedan fatalmente sin dinero, sin cabello y sin ideas.

La virtud, el estudio y la alegría son tres hermanos que no deben vivir separados.

La probabilidad de hacer el mal se encuentra cien veces al día, y la de hacer el bien, una vez al año.

El amor propio es el instrumento de nuestra conservación. Se asemeja al mecánico de la reproducción del género humano: es necesario, nos causa placer debemos ocultarlo.

Amistad, don del cielo, deleite de las grandes almas; amistad, cosa que los reyes, que tanto se distinguen por su ingratitud, no tienen la dicha de conocer.

La amistad es el matrimonio del alma, y este matrimonio está sujeto al divorcio.
La pesadumbre es una enfermedad en la que cada paciente debe tratarse a si mismo.

En la risa hay siempre una alegría que es incompatible con el desprecio o la indignación.

La vida es un juego de azar.

Cuando se ha perdido todo, cuando ya no se tiene esperanza, la vida es una calamidad y la muerte es un deber.

Yo conozco al pueblo: cambia en un día. Derrocha pródigamente lo mismo su odio que su amor.

¡Cuán querida es de todos los corazones buenos su tierra natal!

Todos los hombres tienen iguales derechos a la libertad, a su prosperidad u a la protección de las leyes.

No hay quién comprenda mejor las verdades de la religión que los que han perdido la facultad de razonar.

La única recompensa que puede esperarse del cultivo de la literatura es el desdén si uno fracasa y el odio si uno triunfa.

La razón me dice que Dios existe, pero también me dice que nunca podré saber lo que es.

Yo me atengo a los libros antiguos, pues siempre me enseñan algo; de los nuevos aprendo muy poco.

El mayor infortunio del hombre de letras no es quizá el hecho de ser victima de las intrigas y la envidia de sus colegas y el verse despreciado por los hombres poderosos, sino el verse juzgado por los necios.

Todo lo que se escribe es bueno, salvo aquello que aburre.

Cuando el hombre que habla y el hombre a quién se habla no se entienden, eso es metafísica.

El que sólo es sabio lleva una vida triste.


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